EL TESORO DE LA JUNGLA MARABUSCÁN
Ana y Martín son los desploradores de la Jungla, ellos vienen de un país chiquito y alejado donde las gentes acostumbran jugar en la noche y dormir en el día, comer bichos del monte y cuidar de las plantas como seres sagrados que no pueden ser tocados. Ana y Martín son niños y como niños les gustan las aventuras… a quién no le gustan las aventuras? Por eso se dedican a desplorar las junglas más raras del mundo en busca de tesoros y experiencias.
Durante su última desploración Ana y Martín se encontraron con la jungla de Marabuscan, extraño lugar donde salieron a su encuentro algunos habitantes de la región que les hablaban con cantos y danzas. Ellos se sintieron algo asustados a pesar de todo lo que disfrutaban de la música y aunque aquellos foráneos no parecían para nada malas personas, ellos no entendían porque no paraban de cantar y danzar a su alrededor, tanto que llegó la noche y aquellos continuaban en su vaivén de bailes y cantos interminables sin reparar en el cansancio y en las caras de Ana y Martín que ya no encontraban forma de suplicarles terminaran para ir a descansar. Al final el sueño les venció a todos pero al despertar continuaron en el mismo vaivén del día anterior, lo cual aunque pareciera la tradición de aquella región, para nuestros amigos distaba mucho de sus costumbres cotidianas. Sin entenderlos comenzaron a buscar la forma de saludarlos y poco a poco los nativos fueron dejando sus cantos y bailes.
En los días que sucedieron a este, nuestros desploradores continuaron observando comportamientos muy similares en los moradores de la jungla Marabuscan los cuales desaparecían cuando nuestros amigos encontraban el gesto ó la forma más cortés para el momento.
Al paso de los días Ana y Martin descubrieron la importancia de saludar, dar las gracias, pedir el favor, disculparse, pedir permiso, despedirse, respetar el turno, escuchar….. Porque los habitantes de la Jungla Marabuscan les enseñaron con sus cantos y bailes la importancia de todo aquello…. Pues aunque nuestros desploradores eran genios para andar el mundo; sí, que tenían camino por aprender cuando de las buenas maneras se trata.
De regreso a su tierra Ana y Martin describieron a sus coterráneos este viaje como el más enriquecedor de todos y durante algún tiempo se dedicaron a reproducir con amor lo aprendido para poco a poco convertir su pequeño entorno en el lugar hermoso, fantástico e inolvidable donde todos se respetaban y querían: La Jungla Marabuscan,donde sin saberlo aprendieron mas de lo que esperaban. Ellos iban a buscar un tesoro y allí lo encontraron: el tesoro del buen trato a través de las buenas maneras.
Y tú ya descubriste este tesoro en tu contexto?

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